Este viernes, una nueva marcha de jubiladxs recorrió la peatonal de la ciudad de Santa Fe, visibilizando una vez más las demandas y la resistencia de nuestros adultos mayores. La convocatoria, que se concentró en las puertas de la ANSES local, se convirtió en un acto de protesta contra las políticas del gobierno que afectan directamente a la población jubilada. Con carteles, pancartas y consignas claras, los jubiladxs exigieron mejores condiciones de vida y se hicieron escuchar en el centro de la ciudad.

Uno de los principales reclamos fue la reciente decisión oficial de retirar la cobertura gratuita de medicamentos para jubiladxs que perciben haberes superiores a los 389.398 pesos, es decir, quienes ganan más de 1,5 veces el haber mínimo jubilatorio. Esta medida ha generado un fuerte rechazo en un sector de la población que depende del acceso a la salud y a los medicamentos para enfrentar enfermedades crónicas y otros problemas de salud propios de la edad avanzada.
En el contexto de esta protesta, se recuerda que el haber mínimo jubilatorio en Argentina ronda los 300.000 pesos, un monto que está muy por debajo de la canasta básica total, que supera los 400.000 pesos mensuales. La brecha entre lo que reciben los jubiladxs y lo que realmente necesitan para cubrir sus necesidades básicas es cada vez más amplia. Esta disparidad, sumada a la eliminación de beneficios clave como la cobertura gratuita de medicamentos, pone en evidencia las dificultades económicas que atraviesa este sector de la población.
Los jubiladxs argumentan que muchas de las medidas adoptadas por el gobierno afectan particularmente a quienes menos tienen. Si bien el haber mínimo ha sido ajustado en los últimos tiempos, la inflación y el aumento de los costos de vida continúan erosionando el poder adquisitivo de las pensiones. Además, la decisión de limitar el acceso a medicamentos gratuitos agrava la situación, ya que muchas personas mayores no pueden afrontar el alto costo de los tratamientos médicos necesarios.
Un sector vulnerable frente a un sistema precario
La manifestación no solo expuso la indignación por los recortes en la cobertura de medicamentos, sino también el malestar generalizado por la insuficiencia de los haberes jubilatorios. En muchos casos, los jubiladxs aseguran que deben recortar gastos en alimentación, salud y otros aspectos esenciales, lo que les obliga a vivir en condiciones de precariedad.
En el mismo marco de la protesta, se habló de la falta de un sistema de salud accesible y adecuado para la tercera edad. Aunque el PAMI sigue siendo el principal proveedor de servicios médicos para los jubiladxs, muchas veces el acceso a medicamentos, especialistas y tratamientos no está garantizado. Las largas listas de espera y la escasez de recursos afectan a aquellos que más lo necesitan, y muchos recurren al mercado privado, algo que no todos pueden costear debido a las políticas de desregulación del mercado que ha significado aumentos desmesurados en todos el sistema de salud.
Resistencia y movilización
La marcha en Santa Fe es un reflejo de la resistencia de los jubiladxs frente a políticas que los afectan directamente. La organización y la movilización se han convertido en herramientas clave para visibilizar sus derechos y para exigir medidas que mejoren su calidad de vida. En un país donde la pobreza y la precariedad afectan a un alto porcentaje de los adultos mayores, la lucha por una jubilación digna sigue siendo una de las grandes demandas sociales.
A pesar de las dificultades, los jubiladxs siguen siendo un sector movilizado que no pierde la esperanza de que sus reclamos sean escuchados. La marcha de este viernes, en un contexto de creciente incertidumbre económica, demuestra que la voz de los jubiladxs no se apaga fácilmente. La exigencia de pensiones dignas, acceso a la salud y un sistema previsional más inclusivo sigue siendo una prioridad en la agenda social del país.