Este 3 de diciembre, la ciudad de San Javier vivió una jornada especial en honor a San Francisco Javier, su Santo Patrono católico. La festividad, que se extendió durante varios días, convocó a miles de vecinos y visitantes a participar de un evento que combinó religión, cultura y tradición en un clima de unidad y alegría.

La celebración comenzó días antes, con una recorrida por las distintas capillas de la ciudad, en la que la imagen del santo fue llevada en procesión. Este 3 de diciembre, la festividad alcanzó su punto culminante con una serie de eventos que involucraron a toda la comunidad costera. A las 10 de la mañana, la jornada arrancó con la tradicional bendición de vehículos, que incluyó autos, camiones y bicicletas, los cuales seguían la estatua de San Francisco Javier mientras era trasladada en caravana por el centro de la ciudad.

A lo largo del recorrido, el paso de la imagen estuvo escoltado por unidades de bomberos voluntarios y efectivos de la policía, quienes aseguraron el orden y la seguridad. La caravana, además, estuvo acompañada por un nutrido grupo de jinetes y caballos, pertenecientes a las organizaciones tradicionalistas locales, que sumaron su participación en esta fiesta popular.

El destino final de esta primera parte de la celebración fue la plaza del barrio San Francisco, donde, cerca del mediodía, comenzó la peña folklórica. Vecinos y turistas se acercaron para disfrutar de las presentaciones de grupos musicales, al tiempo que se ofrecían almuerzos y bebidas. La plaza se llenó de un ambiente festivo que reflejaba el espíritu de la comunidad unida en la celebración.

A las 17 horas, la imagen de San Francisco Javier continuó su recorrido, esta vez hacia un extremo de la localidad, donde un centenar de embarcaciones —lanchas, canoas y kayaks— esperaban para realizar la tradicional procesión náutica. La procesión arrancó a las 17:30, marcando uno de los momentos más emocionantes de la festividad.

La embarcación San Francisco tocó la playa de la ciudad, donde fue recibida por miles de pobladores que acompañaron la imagen hasta el camping municipal, donde se celebró una misa presidida por el obispo de Santa Fe, junto con autoridades locales y la vicegobernadora de la provincia. La ceremonia religiosa cerró una jornada de profundas raíces espirituales, que también incluyó un nuevo festival artístico, que se extendió hasta la medianoche.

La fiesta en honor a San Francisco Javier no solo moviliza a los fieles, sino que también invita a los visitantes a sumarse a una experiencia cultural única, que conecta historia, religión y tradición. Es un ejemplo de cómo las costumbres y creencias pueden unir a una comunidad, sin importar las diferencias, y generar un sentido de pertenencia y celebración colectiva.

Es interesante recordar que, aunque San Francisco Javier nunca pisó suelo americano, su imagen llegó a San Javier, una antigua reducción aborigen, gracias a la labor de los Jesuitas. Su aceptación por parte del pueblo mocoví fue inmediata, destacando la similitud en el tono de su piel con la de los pobladores locales, lo que reforzó su vínculo espiritual y cultural con la comunidad.

La festividad de San Francisco Javier continúa siendo un evento trascendental para la comunidad de San Javier, uniendo generaciones en una celebración que trasciende lo religioso y se convierte en una fiesta de todos.

Por CAMCO

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