Como dice la letra del tango «Yira Yira» de Enrique Santos Discépolo, «ni yerba de ayer» se utiliza para expresar una sensación de desamparo y pobreza. La frase sugiere que, incluso lo que debería ser básico y cotidiano, como la yerba mate, ya no está al alcance de quien habla. Refleja una profunda frustración y una crítica a la realidad económica y social, enfatizando la pérdida de cosas que antes se consideraban esenciales.
El consumo de yerba mate en Argentina ha experimentado una notable caída en lo que va del año, superando las 18 toneladas menos en comparación con 2023. Según datos del Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM), las ventas al mercado interno se han reducido en un 9,5%, con una demanda total de 193.430.327 kilos entre enero y septiembre, frente a los 211.913.639 kilos del mismo período del año pasado.
La brusca pérdida de poder adquisitivo de la población ha impactado no solo en la tradicional costumbre de consumir asado, sino también en la ingesta de mate, una práctica emblemática en la cultura argentina. En promedio, se han vendido casi 68.000 kilos menos de yerba por día, lo que equivale a una reducción de 404 gramos por persona, asumiendo que cada argentino consume mate.
Este año, además, se ha registrado una cosecha excepcional que ha saturado el mercado. A pesar de la alta producción —968.057.487 kilos de hoja verde, una cifra récord—, los precios han caído, dificultando aún más la situación de los productores. Con una mayor oferta en el mercado, el sector industrial ha tenido que ajustar sus precios a la baja, afectando los márgenes de ganancia.
Un cambio notable en las preferencias de los consumidores se ha observado con el aumento en la compra de paquetes de medio kilo, que ahora representan el 56,53% del mercado, en contraposición a la disminución de la demanda del paquete de kilo, que ha bajado del 38,89% al 37,38%. Este cambio refleja la adaptación de los consumidores a su nueva realidad económica.
A pesar de las dificultades en el mercado interno, las exportaciones de yerba mate han mostrado un repunte, aumentando en 2.678.159 kilos en comparación con el año pasado, lo que representa un crecimiento cercano al 9%. Se espera que este segmento pueda cerrar el año con alrededor de 42 millones de kilos si se mantienen los embarques.
Con el panorama actual, se anticipa que los productores podrían optar por no cosechar todos sus yerbales en la próxima zafra para evitar una caída aún mayor en los precios de la materia prima. Este contexto económico desafiante pone en riesgo no solo la tradición del mate, sino también la sostenibilidad de la industria yerbatera en Argentina.