En el año 2004, y a partir de la Ley N° 26.001 el Congreso de la Nación instituyó el 22 de octubre como el Día Nacional del Derecho a la Identidad para conmemorar la lucha de Abuelas de Plaza de Mayo, organización civil creada con el objetivo de recuperar la identidad de niños y niñas apropiados durante este período histórico.
En el programa «Mejor que ayer», en el marco del «Día Mundial del Derecho por la Identidad, se dialogó con Gabriel Corvalán, hijo de Mónica y Eduardo, quienes desaparecieron un 22 de junio de 1976 en plena Dictadura Cívico Militar» en función de que la Organización forma parte de la Red por la Identidad de Abuelas de Plaza de Mayo.
Gabriel Corvalán señala al principio parte de su propia historia personal que está atravesada por la lucha de Abuelas.
Mónica y Eduardo son mis viejos y desaparecieron un 22 de Julio de 1976 y me incorporé a Abuelas en el añó 2006 y me entero que mi mamá estaba embarazada, lo que significó un giro muy importante en nuestra vida que tenía que ver con la búsqueda de nuestra hermana que debió haber nacido en enero de 1977. La familia nuestra no pudo transmitirnos esto directamente. Nosotros nos enteramos en una actividad de la Universidad de Ciencias Exactas de la Universidad de Buenos Aires (UBA) donde trabajaba mi papá, en un acto un 24 de marzo y a partir de las preguntas que se nos vinieron encima empezamos a investigar sobre su vida y su participación en ese tiempo.
Abuelas nos pedían información más precisa no teníamos. En primera instancia acercamos nuestros muestras genéticas, porque nuestra familia no lo había hecho y también acercamos los mismos al Equipo de Antropología Forense. Esto sirvió para que el en año 2009 se pudieron identificar los datos de nuestro viejo que estaban en fosas comunes en el cementerio de Avellaneda.
Desde Abuelas en fecha como éstas, damos muchas charlas y en algunas ocasiones, sobre todo después de la pandemia, sentimos una diferencia abismal con los pibes a los que les hablábamos. Estos chicos ni siqueran vivieron otras crisis como la del 2001. ¿Cómo les explicamos a los pibes los que nos ha pasado como generación si lo ven tan lejano?. Son casi trescientos los casos que tenemos que resolver todavía.
Es parte de la tarea, de las enseñanzas que las Abuelas nos dejaron, incluso aprendiendo sobre la marcha. Nosotros, los que tenemos que continuar esa búsqueda, la tenemos mucho más fácil. Sin embargo tenemos dificultades muy fuertes sobre todo en estos tiempos donde la violencia verbal es tan fuerte generan tiempos muy complicados.
A veces se siente mcuha impotencia pero si ellas vienen batallando las 24 horas a un ritmo que cuando las vemos creemos que no lo podemos seguir, al mismo tiempo sentimos que no podemos aflojar.