El viernes comenzó en San Salvador de Jujuy el 37° Encuentro Plurinacional de Mujeres y Diversidad Sexual que convoca a mujeres, travestis, trans, bisexuales, intersexuales y no binaries a encontrarse en un espacio colectivo y diverso.

Tras la primera jornada de deliberaciones y talleres, este sábado tuvo lugar una manifestación que partió desde Av. Parroco Marshke 1014 y recorrió las calles de la capital jujeña. En pleno avance de la agenda derechista sobre los derechos de las mujeres y los colectivos de la diversidad sexual, la marcha sorprendió a priopios y extraños por su enorme convocatoria.

Muchos de los participantes de la marcha y del Encuentro compartieron durante la tarde imágenes que dan cuenta de la masividad de la convocatoria.

Su concreción, en tiempos de crueldad libertaria, fue motivo de festejos en una reunión que desbordó de sentimientos: del dolor a la calidez de la empatía, de la felicidad del reencuentro a la alegría de compartir una lucha. La síntesis se cantó con fuerza en la marcha de cierre: “Qué momento, qué momento, a pesar de todo les hicimos el Encuentro”.

El canto da cuenta de las dificultades que la organización del Encuentro autogestivo y les participantes mismas debieron atravesar, con una crisis económica que se hizo sentir. Muches quedaron en el camino, resignando su participación por falta de recursos para afrontar los costes.

En la mañana del domingo, en el cierre del Encuentro, por aclamación fue designada la provincia de Corrientes para el reencuentro del año próximo.

La marcha también le dedicó otros cantitos y pancartas al presidente, cuya máxima expresión fue un rutilante cartel en celeste con la leyenda: “La patria no se vende”, pasando por uno que recordaba: “No hay paz sin pan y trabajo. Luchemos para que se vayan”.

Como es habitual en cada encuentro, la marcha interpeló a les curioses que observaban desde puertas y ventanas. Algunes celebrando el paso de las mujeres y disidencias festivas, y otres mostrando desagrado. “Señor, señora, no sea indiferente nos matan en las calles/ Señor, señora, no se indiferente, mutilan a los niños en la cara de la gente”, coreaban les caminantes.

En el día en que se conmemoraba la llegada al continente de la invasión española, y en tierra de pueblos originarios, se destacaron carteles en quechua. Y los grupos de marchantes con instrumentos andinos como los sikus. Las más celebradas, las copleras con sus cajas: “Jarana, jarana, que dirán de mí mañana, qué digan lo que quieran a mí no me importa”.

La extensa columna caminó por más de una hora siempre al costado del río Xibi Xibi, desde el Parque Arias hasta la zona centro donde se instaló el escenario. Fue el cierre festivo de dos largas jornadas en las que el corazón del encuentro, los talleres de reflexión e intercambio sobre distintos ejes que atraviesan la vida social y política, produjeron sus conclusiones para el documento final.

Por CAMCO

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